La luz del sol te despertó. Era sábado, tenías todo un día por delante, para quedar con tu gente, salir de fiesta y hacer todo lo que quisieras. Te levantaste. Fuiste a la bañera, te tranquilizaba que las gotas del agua te dieran golpecitos en la cabeza y en la espalda. Te gustaba saber que estabas tú sola y que podías tranquilizarte antes de empezar el día. Cuando terminas de ducharte cogiste el secador, y lo utilizaste con tu negro y húmedo pelo. Fuiste a tu habitación, y, una vez hay elegiste tu ropa para hoy: Unos pitillos de color negro con tu sudadera GAP y tus Vans de color verde. Bajaste, tenias el almuerzo en la mesa preparado como cada día, donde también había una nota de tu madre donde decía lo de siempre, que llegaría tarde del trabajo. Si, tu vida era perfecta, pero no del todo. Nunca veías tus padres es más trabajaban cada día, y cuando no estaban en el trabajo se iban al cine, a cenar con amigos o se iban al balneario.
No tenías hambre, así que dejaste la comida en el armario para más tarde.
Saliste a dar una vuelta por la playa, estaba vacía ya que era invierno, pero a ti te gustaba. Te gustaba subir a las rocas, sentarte y escuchar el sonido de las olas del mar cuando chocaban con las rocas. Hoy no pudiste hacerlo, ya que cuando estabas arriba de la roca, te apareció un chico por detrás. Tú te asustaste y casi te caes, pero el te cogió:
-¿Estas bien? Pregunto asustado
A lo que tú le respondiste- Si, gracias.
-¿cómo te llamas?
-Maria ¿y tú?
-¡Carlos!
- ¡Pues encantada! Respondiste contenta
-¿Eres de aquí? Pregunto Carlos
- Sí, ¡de toda la vida! ¿Tú también no?
-Sí, ¿cómo lo sabes?
- ¡Porque llevas la camiseta del equipo de futbol de aquí! Le respondiste mirándole la camiseta…
- Me habías asustado, pensaba que leías los pensamientos...- Le dijo en burla (cariñosamente)
Hoz empezasteis a reír los dos. El te parecía simpático y además era guapo. Pensaste que podríais ser amigos así que decidiste que viniese esta tarde con tu “pandilla” para presentar-lo y conocer-lo mejor, así que le preguntaste:
-¿Te gustaría ir esta tarde con mi “pandilla” para dar una vuelta?
-No estaría mal- dijo el con una risa de oreja a oreja.
-Vale entonces quedamos a las 5- le dijiste riendo.-a las rocas y iremos allí vale?
-¡Genial! Nos vemos después
-¡Adios!- le dijiste con un tono alegre
Cuando se fue, tú te sentaste y empezaste a respirar la olor del mar. El silencio, era absoluto. Nada más se escuchaba el sonido que te hacia volar el pelo, y las olas que chocaban en las rocas en las que tú estabas sentada.
Era un día de invierno pero precioso, el sol brillaba, y la gente se animaba a pasear por lugares desconocidos. Tú eras feliz, te gustaba ese momento, y es más tenias la sensación que acababas de conocer a una persona que sería muy importante en la vida a partir de ahora.
Volviste a casa, tenias que comer. Abriste la nevera, cogiste la comida que te había preparado tu madre, y la pusiste al microondas. Mientras se calentaba tú fuiste a coger el almuerzo de la mañana y lo tiraste. ¡La comida ya estaba hecha! Tardaste una hora en terminarte-la, y de seguida subiste a tu cuarto, encendiste el ordenador y te conectaste al Facebook. Como tú esperabas Carlos te envío una solicitud de amistad, la aceptaste, leíste las notificaciones y lo cerraste todo.
Eran las tres. De aquí una hora, habías de estar en las rocas, así que decidiste empezarte a preparar. Te vestiste con una sudadera Roxy, unos shorts blancos y las converses a cuadraditos rosas y blancas cogiste el bolso y lo colgaste a la percha de la entrada para cogerlo cuando te fueras. Cogiste el teléfono y llamaste a Jessica.
Jessy-Si?
-Jessy, soy la Maria!
Jessy- Hola J que tal dodo? Sabes que hemos quedado a las 5:30 a la plaza?
-¡Claro que lo sé! Estaré allí con un amigo vale?
Jessy-¿Un amigo...? ¿o algo más que un amigo?
-Un amigo, un amigo- dijiste insegura
Jessy se puso a reír y dijo:- de acuerdo nos vemos hay, me voy a vestir ¡adios!
-¡Adios!
Miraste el reloj. Eran las 4:30 subiste al baño te hiciste la raya de ojos, vagaste cogiste el bolso y te fuiste hacia donde habías quedado con Carlos.
Cuando llegaste el ya estaba.
- ¡Hola! ¿Cómo que has llegado tan temprano?- le preguntaste sorprendida
Carlos- ¡Hola! He llegado temprano porque a casa no tenía nada a hacer mis padres están trabajando, como siempre y eh venido a aquí a descansar una poco.
-Mis padres también, siempre están trabajando- lo dijiste con una voz de rabia.
-¡Yo estoy feliz no me preocupo ellos ya se lo encontraran yo estoy feliz, tengo amigos con quien ir y una playa donde se que siempre estaré relajado! ¿Qué más se puede pedir?
-¡Hombre si te lo miras así! ¡No está nada mal! -Le dijiste sorprendida.
Fuisteis hablando, eran las 5:15, era mejor que marchásemos si no llegaríamos tarde. Estaba feliz. Tenía una persona a mi lado que me comprendía. Una persona que pasaba la misma situación que la tuya. Ahora sí, lo tenías muy claro. El marcaria tú vida, y dibujaría uno de mis grandes sonrisas.
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